Uno de los mayores desafíos de todo proceso de enseñanza es conseguir calar hondo en los alumnos y que estos obtengan un aprendizaje significativo. Para lograrlo, existen diferentes métodos, pero hay uno que no ha cambiado desde el origen de los tiempos: la práctica y la repetición, hace al maestro (a pesar de que sea muy poco glamuroso, es tremendamente efectivo).
Aunque los rudimentos del aprendizaje sean básicos, la forma de alcanzarlos en la práctica no tienen porqué serlo. Para lograr una mayor motivación en los participantes, optamos por gamificar el Proyecto Ad Astra, así que hacer uso del serious gaming.
GAMIFICACIÓN Y SERIOUS GAMING
A veces se confunden ambos conceptos, por lo que conviene clarificarlos´.
La gamificación no es estrictamente “jugar”. Es aplicar recursos característicos de los juegos a contextos no lúdicos, con la finalidad de reforzar los comportamientos deseados y poder proporcionar retroalimentación directa acerca de las ejecuciones.
Existen muchos ejemplos de gamificación en las aplicaciones móviles. Un ejemplo es el navegador de Google Waze. La intención de los creadores de la aplicación es que los usuarios la utilicen el mayor tiempo posible y que pongan los avisos de las incidencias que se encuentren en el camino en tiempo real. El uso masivo de la aplicación aumenta la utilidad de la misma, pues los usuarios nos beneficiamos más de ella cuando más sea utilizada por otros como nosotros. ¿Cómo consiguen esto? Aprovechando mecanismos de gamificación tales como crear logros, formas de ganar puntos, recompensas, niveles o generando un ranking de usuarios. Os dejamos aquí un enlace para curiosear más al respecto.
Waze no es la única aplicación móvil que utiliza mecanismos de gamificación para conseguir los objetivos de la compañía (ojo, y también de sus usuarios en muchos casos) de forma eficaz y atractiva. Aquí por ejemplo hay otro artículo al respecto.
Por otro lado, el serious gaming sí implica jugar a un juego. Sin embargo, la finalidad de dicho juego, en la mayoría de las ocasiones, no es divertirse, si no practicar una habilidad dentro de un entorno seguro y controlado. Estos juegos están diseñados para ser representaciones lo más veraces posibles de las situaciones futuras en las que se encontrará la persona que participa, para que pueda ensayar y poner en práctica sus habilidades.
En el Proyecto Ad Astra hacemos uso de ambas metodologías, aunque en nuestro caso, el serious gaming considera exactamente igual de importantes tanto la diversión como la práctica de habilidades.
GAMIFICACIÓN Y ALTAS CAPACIDADES
Durante las Temporadas del Proyecto Ad Astra, se narra una historia. Los protagonistas de dicha historia son los personajes (avatares) de los participantes. El sistema de juego está apoyado en mecánicas de Juegos de Rol, dentro de las cuales, una de las facetas más interesantes son las fichas de personaje.
Una ficha de personaje es la representación “cuantitativa y cualitativa” de quién es tu personaje: ¿Cuánto de fuerte es? ¿Y de sociable? Los dos sabemos de informática, ¿pero alguno sabe un poco más que el otro? Estas fichas acostumbran a tener valores numéricos que dan una respuesta cuantitativa a estas preguntas.
En los juegos de rol, uno de los incentivos más estimulantes para los jugadores suele ser hacer mejorar sus fichas de personaje, aumentando sus habilidades, atributos y cualidades. Mientras que en esos juegos clásicos, la forma de mejorar es mediante “puntos de experiencia” que se ganan jugando partidas, en el Proyecto Ad Astra hemos asociado el ganar estos puntos a la práctica de las habilidades que les enseñamos, tanto dentro como fuera de las sesiones. Este es uno de los elementos de gamificación que manejamos, aunque no el único.
Adicionalmente, estos puntos tienen un valor doble. Además de poder gastarlos en mejorar sus personajes, pueden invertir dichos puntos en conseguir premios tangibles de un catálogo que tenemos a su disposición (camisetas, llaveros, mochilas, etc.)
SERIOUS GAMING Y ALTAS CAPACIDADES
Por último, cada Sesión Narrativa constituye un Capítulo en la historia que estamos contando junto a ellos. Pero no son tan solo un episodio más en el desarrollo de la historia. Cada una de las sesiones está diseñada para suponer una ocasión de practicar lo que han ido aprendiendo hasta ese momento.
No queremos destripar muchos detalles por aquí acerca de cómo lo llevamos a la práctica, pues si lo lee alguno de los participantes podría deslucir su experiencia que, en gran medida, resulta atractiva por la emoción de ir descubriendo cómo se desarrolla.
Las líneas generales son que la historia transcurre en el futuro espacial de la humanidad. Los protagonistas son alumnos de la Academia Ad Astra, una iniciativa para entrenar a los futuros líderes de la colonización espacial.
Elegimos esta ambientación porque nos aportaba tres valores:
El primero, nos permitía dotar de fantasía a la historia. El futuro y la ciencia ficción siempre tienen su toque de fantasía.
El segundo, nos anima a todos a mirar hacia el futuro, que es hacia donde se mueve la vida de los participantes del Proyecto Ad Astra. El mundo en el que vivirán de adultos solo podemos imaginarlo en estos momentos.
Por último, daba una coherencia estupenda a un proyecto que se titula Hacia las Estrellas (Ad Astra). Porque, para quienes no lo sepan, el nombre del Proyecto existía antes que la historia que creamos.
Durante el primer año, la historia les planteará diferentes retos que les permitirán practicar las habilidades que han aprendido: resolverán un misterio, planificarán una aventura arriesgada, expondrán su opinión argumentada, se les planteara un problema complejo, con ninguna solución 100% satisfactoria y muchos más durante el primer año y los siguientes…